El presupuesto universitario se preguntan muchos si es un gasto o una inversión, sin duda q tiene q ser una inversión, el tema es q muchos empiezan a interpretar que él mismo es un gasto, cuando la aplicación empieza a ser muy poco eficiente. Cuando ese presupuesto es mal aplicado hablamos de gasto. Se habla de un gran desorden en la universidad en la aplicación e ese gasto, se habla de corrupción, mala administración.
Hoy las universidades se encuentran con una dura realidad, de aulas superpobladas en el inicio de todos los años lectivos para luego, con un ausentismo muy elevado, terminar en el final del año en una altísima deserción. Muchos preguntan si tiene sentido empezar el año armando una gran infraestructura en materia edilicia, materia de profesores, ayudantes, que terminan siendo desfavorables en el fin del ejercicio.
La preocupación que ejerce los altos grados de repitencias, los paros en la universidad, todo conspira para q la situación universitaria termine siendo ineficiente, la realidad indicaría que muchos chicos se inscriben para poder recibir planes sociales o para poder gozar de la obra social del padre.
Esta situación se da a pesar de que las universidades implementan todo tipo de facilidades, hay residencias universitarias, hay comedores universitarios, de nuevo el estado comienza a generar sistemas para el transporte de los universitarios, existen becas de todo tipo, sin embargo, nada frena la matricula de la universidad, en los últimos años es sostenida la migración a las universidades privadas que crecieron muchas más que la universidad pública, algo que merece ser analizado con mucho detenimiento.
Todo este escenario quedó reflejado en el informe de IDESA, el instituto para el desarrollo social argentino. Existen en la actualidad, 54 universidades financiadas por el estado, 1 millón y medio de alumnos en la universidad. En el año 2004 había 63 mil egresados al año, en el año 2015 82 mil egresados, esto quiere decir que la cantidad de egresados en 11 años se ha incrementado en un 30%, pero si comparamos el comportamiento del gasto presupuestario en estos ejercicios nos encontramos que en el año 2004 el gasto de la universidad argentina fue de 220 mil pesos por egresado, en el año 2015 fue de 611 mil pesos por egresado, estos valores son ajustados por inflación para que puedan ser comparativos, quiere decir que cada egresado costó un 178% más en el año 2015 comparado con el año 2004.
En el año 2004 la universidad gastaba 14 mil millones de pesos a valores del 2015, en el año 2015 la universidad gasta 50 mil millones de pesos o sea un 260% más sobre valores ajustados por inflación, sin embrago uno de cada 20 alumno que ingresa a la universidad egresa, sólo el 5% que egresan lo hacen con un título universitario, este problema que se acrecienta en la universidad viene sin lugar a duda de la situación que vive la educación secundaria en la República Argentina, donde 6 de cada 10 chicos no terminan la secundaria en tiempo y en forma y donde también se registra una gran migración a la escuela privada.
A pesar de todo esto, las autoridades en los últimos tiempos aplicaron innumerable cantidad de medidas solamente para maquillar los números, así tuvimos los planes fines, los planes pilotos o acompañamientos educativos, inventos que sirvieron para que los chicos pasen con 3, 4, 5 y 6 materias para arreglarlas con posterioridad, todo esto fue en detrimento de la calidad educativa pero sirvió para mostrar números de deserción escolar que sean más acorde con la realidad, un maquillaje que lamentablemente hoy empezamos a pagar las consecuencias que requieren urgente medidas para ser solucionados