Hoy, con la entrega misma del poder se sigue haciendo lo mismo, donde prácticamente a días y horas de retirarse del poder se habla de cosas que no tienen sentido y mucho menos relevancia institucional y que en la realidad, lo que se ve, es querer proteger o esconder lo que le está pasando al país.
Argentina está en vilo, de lo único que hasta estar horas se habla es que pasará con el traspaso de mando presidencial, parece mentira que sucediendo tantas cosas, como las graves situaciones que suceden en Argentina, hoy solo se preocupen en los inconvenientes de las formas de un acto constitucional tan simple como el traspaso de mando de un presidente a otro.
Los hechos van desde el orfebre Palloros, amenazado a tener que entregar su trabajo a la Casa Rosada (el tradicional bastón presidencial) hasta un impostor de la seguridad del presidente electo Mauricio Macri pretendiendo sacar la banda presidencial de su custodia y llevarla a manos de Cristina Fernández de Kirchner para entregarla donde ella quiera.
La Argentina hoy es la imagen de un gran papelón internacional, producto de un capricho que en el fondo esconde las gravísimas condiciones institucionales que atraviesa el país, incluidas las cuentas públicas con las que se está entregando el poder.
En este párrafo aparte, voy a referirme a lo que en algún momento marcó Nelson Castro con total claridad cobre el Síndrome de Hubris, enfermedad propia del exceso de poder. Es en estas circunstancia donde claramente el diagnostico adquiere una relevancia grande a comparación de otros momentos. Solamente en una personalidad afectada por este temática se puede llegar a comprender lo que está haciendo y al capricho que está sometiendo a todos los argentinos, sin lugar a dudas una tremenda vergüenza internacional.
La realidad de números es difícilmente cuestionable, se habla de una emisión monetaria de 600mil millones de pesos, un crecimiento de la ase monetaria de Argentina superior al 41% en los últimos 11 meses.
Hoy existen $24 por cada dólar que circula en la calle, pretender ajustar una política inflacionaria con estos números es poco menos que imposible.
Actualmente el déficit fiscal proyectado asciende como mínimo a 330 mil millones de pesos, equivalentes al 7% del producto bruto interno. Para recordar valares de esta cuantía tenemos que volvernos a la Argentina de 1982, aquella donde el gobierno militar devastado política y económicamente se aprestaba a entregar el poder a un gobierno democrático en manos de Raúl Alfonsín en el año 1983.
La balanza comercial negativa genera una innumerable cantidad de problemas. Las exportaciones con inferiores a las importaciones, algo que no sucedía hacen muchísimo tiempo en la República Argentina.
La industria automotriz es una de las más afectadas en este tema. Le cuesta obtener los recursos necesarios para seguir ensamblando en la Argentina. Hace un tiempo atrás, no muy alejado, contaban con un cupo de 200 millones de dólares para poder importar, hoy ese cupo no llega a los 50 millones, circunstancias que dejan a la vista los problemas que la industria tiene que enfrentar.
El Cepo cambiario, otra gran incertidumbre, todos opinan de igual manera sobre que hay que levantarlo, pero la pregunta del millón es como salir del mismo sin reservas del Banco Central.
El Banco Central de la República Argentina no tiene reservas, las reservas que vemos están maquilladas con algunos fondos que no pertenecen al Gobierno, como depósitos de la gente, como los swap que se generaron con China, fondos que les permite temer unos 11 mil millones como si fueran reservas y que en realidad es la deuda contraída en moneda china, que se traducen obviamente en deuda.
La realidad del Banco Central es distinta a la que nos cuentan, la entidad financiera adeuda 380 mil millones de pesos por las lebac a los bancos y a los fondos de inversión.
El desfinanciamiento bancario del Central es absoluto y genera un grave problema.
La Argentina no cuenta con dólares para tratar de enfrentar una posible corrida bancaria, sin este elemento para combatir el mismo, es muy difícil creer en políticas que liberen el dólar sin pagar algún costo que puede llegar a ser demasiado elevado.
El mismo Banco Central de la República Argentina hoy es acreedor del Gobierno en 100 mil millones de dólares, la entidad le fue dando plata al Gobierno Argentino para ir supliendo la situación deficitaria.
Hablar de esa cantidad como deuda del Gobierno donde evidentemente no está en los cálculos de nadie poder devolvérselos. Es por esta situación que hoy se puede hablar de un desendeudamiento, pero un desendeudamiento para afuera, la realidad es que este aparente desendeudamiento la ha pagado con cuantía la República Argentina devolviéndole al propio Banco Central del país, lo paga en función de las exhaustas reservas, es en esta deuda donde se fue escondiendo el gran déficit fiscal que se acumuló en los últimos años.
Es importante decir que no solo el déficit es grave, que no solo el desequilibrio entre exportaciones e importaciones es grave, lo que es más grave todavía es que el sector importador exige dólares para poder pagar sus importaciones y no se los están liquidando.
La deuda que tienen con el sector desde el Banco Central es de 9.000 millones de dólares, un equivalente a dos meses completos de importaciones.
“Sin dudas esta es otra pesada herencia para el Gobierno de Mauricio Macri”.
Las empresas constructoras por su parte también atraviesas sus complicaciones, se conocieron datos sobre los números en cuanto a la deuda que tiene Vialidad Nacional con las empresas, aquellas que llevan adelante las grandes obras.
Según lo que trascendió se habla de una deuda estimada en los 25 mil millones de pesos, equivalente a dos presupuestos de Vialidad Nacional. Ya existen anticipos hechos por quienes tomaran a su cargo el Ministerio de Infraestructura para garantizar su realización, pero también se dejó entrever que aquellas que no comenzaron se paralizaran y que las de poca ejecución serán analizadas por el grado de prioridad, mientras que las que no sean necesarias por necesidad se paralizaran.
El sector espera con mucha impaciencia las políticas de aplicación. Ya se habla de la existencia de un bono para poder pagar la cuantiosa deuda con el sector de la construcción, este bono tendría una quita que algunos dicen será entre el 20% y 30% de su valor, al ser obras muy recientes el sector mira con preocupación este tema.
A pesar de que en el último tiempo se aceleró en el trabajo de ejecución de algunas obras, el sector espera que se les pague de una manera diferente, mientras que las arcas fiscales indican otra realidad.
A todo este desbarajuste debemos agregar dos conceptos que hacen que esto sea la “Tormenta Perfecta”.
Uno de ellos tienen que ver con el fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que obliga al Estado Nacional a reintegrarle lo descontado en concepto de coparticipación nacional del 15% a tres provincia, Santa Fe, Córdoba y San Luis, producto de un juicio que iniciaron las mismas donde a partir de enero del 2016 se les tiene que devolver los fondos y además deberán dejar de descontárselos.
Se habla de valores millonarios a devolver, la corte llamativamente sacó este fallo 48 horas después del ballotage, no obstante le agregó algunas consignas donde se le da la potestad al Gobierno Nacional de poder negociar con la provincias y le impone un plazo de cuatro meses para llevar adelante una negociación de cómo le reembolsará los fondos que les deben desde hace aproximadamente 10 años.
“A partir de diciembre no podrán descontar monto alguno”.
Hasta aquí hay una lógica que obligaría al resto de las provincias ir por la vía legal para tratar de obtener el mismo beneficio, esta situación le posibilitaba al Gobierno Nacional abrir un amplio abanico de negociación para regularizar esta situación con las demás provincias.
El Gobierno Nacional a través de un decreto de necesidad y urgencia amplio este fallo para todas las provincias arrogándose algunas virtudes que no tiene y que la ley no le da, pero sin embargo hizo extensivo el mismo a todas dejando una mochila cargada al Gobierno de Macri y además cargándole el peso de tener que negociar esto en forma inmediata cuando existía la posibilidad durante el transcurso del juicio que tenían que empezar las provincias de dar inicio a las negociaciones.
Es cierto que el fallo es justo. Es cierto que es absolutamente legal lo que pretenden las provincias, que le devuelvan estos fondos. Es cierto que hay una mora desde el año 1994 de dictar una nueva ley de coparticipación. Pero también es cierto que Cristina Fernández de Kirchner con este decreto limitó a Mauricio Macri a todo tipo de poder de negociación.
Como si fuera poca la situación existente, también mediante decreto se arregló el tema de la refinanciación de las deudas provinciales lo que en los últimos tres años modificó obligando a las provincias ir cada tres meses a sentarse a negociar, esta vez a los 10 días de su retiro con una extrema generosidad refinanció las deudas a 168 meses con el 6% anual de interés, no conforme aún les otorgó además un plazo de gracia para el pago de capital e interés de todo el año 2016, comprometiendo de esta manera fondos recursos que pertenecen al Gobierno de Macri.
Sin dudas esta situación excede sus posibilidades, de esta manera estamos frente a los que se conoce como la “Tormenta Perfecta” ya que el poder de negociación con el que podía llegar a contra Mauricio Macri, que eran los vencimientos de las deudas provinciales, hoy ya no los tiene, le han condonado todos los vencimientos por todo el año 2016, es decir, Mauricio Macri hereda para el 2016 las cuentas públicas, hereda la obligación de dejar de descontar el 15%, un ANSES desfinanciado completamente y el reembolso de los fondos descontados.
Esta actitud que pone en serios problemas al Gobierno de Mauricio Macri, muchos la ven como una acción destituyente, otros como medidas que no tienen ningún sustento legal. La misma corte suprema se expresó a través de su presidente el Dr. Lorenzetti ante declaraciones a los medios.
En rigor a la verdad parece mentira pensar que este conjunto de situaciones que parecen que le van a explotar al Gobierno de Macri en los primeros meses de gestión no estén en la agenda de discusión de nadie y hoy solo hablemos y nos preocupemos por si el traspaso de mando es ante la Asamblea Legislativa o en la Casa Rosada.
Realmente en estos días vivimos en un a país que creo que ninguno quiere y que da mucha pena verlo como está.
En Jujuy con una demostración de racionalidad y donde todo indica que el día 10 sera una jornada normal en el traspaso de mando, Gerardo Morales jurará junto a Carlos Haquim ante los legisladores provinciales con una nueva conformación de la cámara y Eduardo Fellner posteriomente le entregará los atributos en el salón blanco de la Casa de Gobierno.-
Por Alberto Siufi